Aunque las ocarinas parecen simples, hay una serie de errores comunes fáciles de cometer al tocarla que perjudican su sonido.
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1. Tocar fuera de tono
Tocar fuera de tono es quizás el error más común entre los nuevos músicos de ocarina. El tono de la ocarina es realmente inestable: tocar afinado requiere un control fino de la respiración y un oído entrenado. Desafortunadamente, hasta que no sepas qué escuchar, no podrás corregir estos errores. Es decir, puedes notar que algo suena mal pero tal vez no sabes por qué. La forma más intuitiva de desarrollar tu entonación es tocar con acompañamiento.
Cuando dos sonidos que no están en sintonía interactúan, se crea un pitido audible, esto te permite llegar al tono correcto cambiando la presión de la respiración y escuchando un sonido limpio. Debido a que la mente consciente solo puede pensar en una cosa a la vez es posible que no oigas lo que está haciendo tu tono hasta que tus digitaciones se vuelvan subconscientes. Para desarrollar esa habilidad, trabaja en tu entonación; tocar tonos largos contra un zumbido es un buen punto de partida, también puedes reproducir una grabación que sabes que está en sintonía o grabarte a ti mismo, así escucharás con toda tu atención y encontrarás errores que no eras capaz.
2. Hacer un mal uso de las articulaciones
Otro de los errores comunes en aquellos que son nuevos en la ocarina es usar mal las articulaciones. La articulación se refiere a cómo se separan las notas o a los espacios entre ellas, esto es especialmente importante en la ocarina, ya que el instrumento no puede variar fácilmente su volumen. Las personas nuevas en la ocarina a menudo hacen dos cosas: usar demasiadas articulaciones o no usar ninguna.

La forma más intuitiva de separar notas en un instrumento de viento es «soplar»; puede ser una técnica útil para los efectos, pero es pobre en general, ya que hace que el volumen y la inclinación aumenten y luego se desplacen. Para resolver este problema, se utiliza una técnica llamada lengüeta, en la que las notas se empiezan tocar con la lengua. Puedes pensar en la sílaba “Tu”, una aplicación básica de esta idea es usar articulaciones cortas entre notas dentro de una frase, y espacios más largos entre frases.
3. Levantar los dedos demasiado alto
Puede darse que los nuevos músicos levantan los dedos mucho más de lo necesario. Levantar los dedos demasiado alto no consigue nada y puede dañar activamente la tocada. En particular, te frenará cuando intentes tocar más rápido, ya que tus dedos deben moverse más rápido para cubrir los agujeros a tiempo, reducir el movimiento excesivo de los dedos te permite tocar al límite de lo que tu habilidad actual te permite.

Para aprender a controlar los movimientos de los dedos, practica levantando y reemplazando los dedos lentamente en un espejo, trata de mantenerlos cerca de los agujeros. Esto puede resultar incómodo durante unos días, pero se vuelve automático una vez que entra en la memoria muscular.
4. Mala postura de las manos
Debido a la flexibilidad de la mano, es posible sostener una ocarina de muchas maneras y no todas son buenas. Una mala postura de la mano puede hacer que esta duela al sostener la ocarina y dificultar la manera en que tocas. Trate de sostener la ocarina de modo que tus dedos estén paralelos y suavemente curvados a lo largo de su longitud, con la posible excepción de los dedos meñiques.
Terminar con una postura de manos arrugadas puede ser el resultado de varias cosas; puede que estés sujetando el instrumento con demasiada fuerza, un llamado «agarre mortal, frecuentemente esto se hace por miedo a dejar caer el instrumento, pero no te ayudará a tocar bien, ya que la tensión provoca movimientos espasmódicos de los dedos. Las ocarinas están diseñadas para equilibrar el pulgar derecho, por lo que no se te caerá el instrumento. Otra cosa que causa una mala postura es la mala colocación del pulgar derecho, este nunca debe cubrir el orificio del pulgar derecho con la punta del pulgar, sino que el pulgar debe descansar con la almohadilla plana contra el orificio.
5. Mala postura general
Es importante notar que la postura de las manos no es todo el asunto. Al tocar cualquier instrumento de viento, es importante maximizar el volumen de tu pecho. Una postura correcta significa que se dispone de mucho más aire, y con la ocarina, eso es lo que realmente importa, debido a que las notas agudas necesitan sobre todo mucho aire para sonar limpiamente.

Es más fácil mantener una buena postura mientras se está de pie, así que no te sientes a menos que tengas que hacerlo, levanta la cabeza y mantén la espalda recta mientras tocas; no te encorves. Esto hace varias cosas por ti: maximiza el volumen de tu pecho y la cantidad de aire que puede proporcionar. Mantener la cabeza en alto mantiene el peso del instrumento sobre el pulgar, en lugar del meñique izquierdo. Los brazos deben seguir la línea de las muñecas, apretados hacia los lados.
6. Rizar los dedos hacia atrás
Otra técnica deficiente es doblar los dedos hacia atrás al levantarlos, esto debido a que el curvado aleja los dedos de sus respectivos orificios, lo que hace que sea mucho más lento cubrirlos de nuevo. Esto te limitará a medida que intentes reproducir música más compleja.
Si notas que estás haciendo esto, es muy fácil corregirlo. Practica levantar y reemplazar los dedos sin doblarlos. Esto se vuelve automático después de unos días, así que solo asegúrate de corregirte cada vez que cometas un error. Mantén los dedos en una buena posición para tocar siempre que sea posible.

Conclusión
Al aprender a tocar la ocarina es común cometer errores que perjudican el sonido de esta, los mismos son sencillos de solucionar y, al hacerlo, lograrás tocar el instrumento con un sonido más suave y estable. Estos errores son: Primero; tocar fuera de tono (para solucionarlo solo necesitarás controlar tu respiración).
Segundo, hacer un mal uso de las articulaciones (puedes pensar en la sílaba “Tu” al soplar). Tercero; levantar los dedos demasiado alto (trata de mantener los dedos cerca de los agujeros). Cuarto; tener una mala postura de las manos o una mala postura en general y, por último, rizar los dedos hacia atrás